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Saturday, April 1, 2017

Estamos cada vez más necesitados de esta mentira colectiva llamada fúbol. Es una enfermedad terminal, nos vamos a morir todos un día de estos, de fúbol; pero hasta que eso suceda, hay que darle. Las circunstancias me obligan a hablar de fúbol. No hablaré sobre lo coyuntural, voy a ir más profundo, al hueso, a las raíces. Quiero desterrar un mito: el “milagro del fúbol uruguayo” no existe. No hay registro alguno de un milagro. La sobreproducción de jugadores de fúbol que tanto nos elogian internacionalmente tiene que ver, en primera instancia, con la tara cultural del uruguayo que lo único que escucha, ve, habla, y aprecia con cierto interés y le gusta desde hace 100 años es el fúbol. El fúbol es el primer conector social, está al nivel de la lengua materna en este país. En Uruguay si no podés hablar de fúbol te tenés que ir, sos un paria, hay más probabilidades de que sobrevivas en Cuba sin que te guste el marxismo-leninismo, en Perú sin que te guste el cebiche, o en Hawai con baja tolerancia orgánica al ukelele, que en Uruguay si no te gusta el fúbol. El 96% de las conversaciones entre uruguayos empiezan por el fúbol, terminan por el fúbol, o atraviesan el fúbol en algún momento, o contienen alguna metáfora que solo se entiende si se conoce de fúbol.

http://www.busqueda.com.uy/nota/haciendo-boca-254

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