Sobre realidad y utopía
¿POR QUÉ SANGUINETTI?
Por Manuel Flores Silva
El Dr. Julio María Sanguinetti acaba de anunciar formalmente su candidatura presidencial.
Según afirman estos días diversos politólogos de larga trayectoria, la sorpresiva candidatura presidencial del Dr. Sanguinetti ha determinado que el partido de los republicanos, el Partido Colorado, haya duplicado su presencia en las encuestas (de 8% a 16% de la preferencias del electorado en pocos meses) y haya salido así de su grave peligro de extinción.
¿POR QUÉ SANGUINETTI?
Por Manuel Flores Silva
El Dr. Julio María Sanguinetti acaba de anunciar formalmente su candidatura presidencial.
Según afirman estos días diversos politólogos de larga trayectoria, la sorpresiva candidatura presidencial del Dr. Sanguinetti ha determinado que el partido de los republicanos, el Partido Colorado, haya duplicado su presencia en las encuestas (de 8% a 16% de la preferencias del electorado en pocos meses) y haya salido así de su grave peligro de extinción.
SALVAR AL PARTIDO DE LOS REPUBLICANOS, HACER GANAR A LA OPOSICIÓN Y SALVAR AL PAIS DE UN FRENTE RADICALIZADO.
SALVAR AL PARTIDO DE LOS REPUBLICANOS.
En nuestra opinión, quiénes como republicanos priorizamos la vigencia del Partido Colorado Batllismo debemos apoyar la opción política de Sanguinetti que salvaguarda al país de la desaparición de ese pistón republicano fundamental de su identidad: la sensibilidad colorada del Partido de Batlle y Ordóñez. Esa ha de ser, creemos, una función histórica que cumplirá el Dr. Sanguinetti.
En efecto, a nuestro juicio, será recordado tanto por su insustituible labor en la transición democrática –traerle democracia al país, nada menos- como por haber contribuido decisivamente ahora en mantener con vida al partido de los republicanos. Espacio político que cumplirá una función articuladora en el futuro gobierno de coalición de la actual oposición y espacio político, el Partido Colorado Batllismo, que inexorablemente dará en el futuro profundas propuestas de cambio nacional. La plataforma republicana ha sido históricamente -y será inexorablemente- la más fértil del itinerario nacional.
HACER GANAR A LA OPOSICIÓN.
El crecimiento del Partido Colorado en este momento es en perspectiva absolutamente clave. No sólo porque dota de fortaleza a un actor imprescindible en la vida nacional como es el partido de los republicanos sino porque ese crecimiento es lo único que hace posible el cambio político en el país.
En efecto, les guste a unos o les disguste a otros, lo cierto es que solo el crecimiento del Partido Colorado Batllismo determinará y asegurará el triunfo de la oposición. Un Partido Colorado débil supone la continuidad del Frente Amplio.
El país precisa que la suma de sus partidos históricos, blancos y colorados, pase el 50% y se logre así una coalición ágil.
No es este el lugar y el momento para criticar al Frente Amplio. Decimos simplemente que sentimos que la alternancia en el poder es absolutamente imprescindible en el Uruguay de hoy. Y que creemos que la candidatura del Dr. Sanguinetti la hace posible. Ello es necesario hasta para el Frente Amplio que está mostrando diversos signos de fatiga institucional.
A nuestro juicio, el curso que van tomando las cosas ubicarán al país en un tri partidismo en que el Partido Colorado –situado más al centro ideológico- irá determinando el curso de los hechos.
SALVAR AL PAIS DE UNA FRENTE AMPLIO RADICALIZADO.
La alternancia en el poder es imprescindible ahora, además, por la propia deriva que ha tomado el Frente Amplio. La opción radical en el mismo ha ahogado el espacio moderado del Frente Amplio desdibujando su opción más juiciosa, la que estuvo impedida incluso de presentar su tradicional candidatura presidencial en la elección interna.
Desaparecido Astori, lo que asoma en el Frente Amplio es una corriente mayoritaria, en su seno, de admiradores de Cuba y Venezuela –que para ellos son democracias- aupados además por un equívoco discurso de la central sindical en el mismo sentido. A nosotros el camino que proponen se nos presenta como lanzar al país al abismo. Al precipicio de la izquierda radical y corporativista, al barro populista.
Todas estas cosas las tiene claras el Dr. Sanguinetti y explican su actitud política. Por eso, ya veterano, se pone el Partido Colorado al hombro y sale a servir al país por todos los barrios y rincones. Es justo reconocerlo y así lo hacen muchos ciudadanos incluso pertenecientes a otros partidos políticos opositores.
Salvar al partido de los republicanos, hacer ganar a la oposición política y salvar al país de un FA que se ha radicalizado. Esa es la tarea a la que hoy convoca la mencionada candidatura. Tamaña tarea, aporte fundamental y desafíos centrales al país.
FORTALECER LA FUTURA COALICIÓN GOBERNANTE.
El primer gesto político al que procedió el Dr Sanguinetti no bien empezó sus actividades partidarias fue reunirse con los líderes nacionalistas para trasmitirle al país la vivencia de una coalición viable. Racionalizando así de un solo golpe todo el escenario político. Precipitando en el imaginario nacional una salida ante la actual situación de agotamiento político que gana el corazón de muchos ciudadanos.
El Uruguay sin el eje racional y colorado, se ha visto, es un desastre sin coherencia posible. Quienes combatimos por la recuperación democrática estamos marcados por ese signo que nos impregnó de republicanismo para el resto de nuestras vidas. Debemos colaborar para que el republicanismo no siga siendo erosionado. Es tal vez nuestro primer deber.
Desde luego en la historia de todos estos años hemos coincidido con el Dr Sanguinetti –lucha contra la dictadura y proceso de transición democrático, algunas políticas sociales relevantes, por ejemplo- y también hemos discrepado. La pasión que, en su hora, se pudo sentir en lo interno, sin embargo, se ha transformado ahora en la pasión común por salvar al partido de los republicanos, por provocar el cambio político y por evitar el despeñadero al país. Prioridades impostergables.
Nosotros tal vez siempre hemos tenido una idea del Partido Colorado y de sus propuestas algo más utópica, con lo bueno y con lo malo que ello implica. Seguiremos en esa línea haciendo nuestro aporte, puesto que, además, no sabemos trabajar en otra línea y porque siempre nos ha parecido fecundo meter lo que se pueda de utopía en la realidad.
En nuestra opinión, quiénes como republicanos priorizamos la vigencia del Partido Colorado Batllismo debemos apoyar la opción política de Sanguinetti que salvaguarda al país de la desaparición de ese pistón republicano fundamental de su identidad: la sensibilidad colorada del Partido de Batlle y Ordóñez. Esa ha de ser, creemos, una función histórica que cumplirá el Dr. Sanguinetti.
En efecto, a nuestro juicio, será recordado tanto por su insustituible labor en la transición democrática –traerle democracia al país, nada menos- como por haber contribuido decisivamente ahora en mantener con vida al partido de los republicanos. Espacio político que cumplirá una función articuladora en el futuro gobierno de coalición de la actual oposición y espacio político, el Partido Colorado Batllismo, que inexorablemente dará en el futuro profundas propuestas de cambio nacional. La plataforma republicana ha sido históricamente -y será inexorablemente- la más fértil del itinerario nacional.
HACER GANAR A LA OPOSICIÓN.
El crecimiento del Partido Colorado en este momento es en perspectiva absolutamente clave. No sólo porque dota de fortaleza a un actor imprescindible en la vida nacional como es el partido de los republicanos sino porque ese crecimiento es lo único que hace posible el cambio político en el país.
En efecto, les guste a unos o les disguste a otros, lo cierto es que solo el crecimiento del Partido Colorado Batllismo determinará y asegurará el triunfo de la oposición. Un Partido Colorado débil supone la continuidad del Frente Amplio.
El país precisa que la suma de sus partidos históricos, blancos y colorados, pase el 50% y se logre así una coalición ágil.
No es este el lugar y el momento para criticar al Frente Amplio. Decimos simplemente que sentimos que la alternancia en el poder es absolutamente imprescindible en el Uruguay de hoy. Y que creemos que la candidatura del Dr. Sanguinetti la hace posible. Ello es necesario hasta para el Frente Amplio que está mostrando diversos signos de fatiga institucional.
A nuestro juicio, el curso que van tomando las cosas ubicarán al país en un tri partidismo en que el Partido Colorado –situado más al centro ideológico- irá determinando el curso de los hechos.
SALVAR AL PAIS DE UNA FRENTE AMPLIO RADICALIZADO.
La alternancia en el poder es imprescindible ahora, además, por la propia deriva que ha tomado el Frente Amplio. La opción radical en el mismo ha ahogado el espacio moderado del Frente Amplio desdibujando su opción más juiciosa, la que estuvo impedida incluso de presentar su tradicional candidatura presidencial en la elección interna.
Desaparecido Astori, lo que asoma en el Frente Amplio es una corriente mayoritaria, en su seno, de admiradores de Cuba y Venezuela –que para ellos son democracias- aupados además por un equívoco discurso de la central sindical en el mismo sentido. A nosotros el camino que proponen se nos presenta como lanzar al país al abismo. Al precipicio de la izquierda radical y corporativista, al barro populista.
Todas estas cosas las tiene claras el Dr. Sanguinetti y explican su actitud política. Por eso, ya veterano, se pone el Partido Colorado al hombro y sale a servir al país por todos los barrios y rincones. Es justo reconocerlo y así lo hacen muchos ciudadanos incluso pertenecientes a otros partidos políticos opositores.
Salvar al partido de los republicanos, hacer ganar a la oposición política y salvar al país de un FA que se ha radicalizado. Esa es la tarea a la que hoy convoca la mencionada candidatura. Tamaña tarea, aporte fundamental y desafíos centrales al país.
FORTALECER LA FUTURA COALICIÓN GOBERNANTE.
El primer gesto político al que procedió el Dr Sanguinetti no bien empezó sus actividades partidarias fue reunirse con los líderes nacionalistas para trasmitirle al país la vivencia de una coalición viable. Racionalizando así de un solo golpe todo el escenario político. Precipitando en el imaginario nacional una salida ante la actual situación de agotamiento político que gana el corazón de muchos ciudadanos.
El Uruguay sin el eje racional y colorado, se ha visto, es un desastre sin coherencia posible. Quienes combatimos por la recuperación democrática estamos marcados por ese signo que nos impregnó de republicanismo para el resto de nuestras vidas. Debemos colaborar para que el republicanismo no siga siendo erosionado. Es tal vez nuestro primer deber.
Desde luego en la historia de todos estos años hemos coincidido con el Dr Sanguinetti –lucha contra la dictadura y proceso de transición democrático, algunas políticas sociales relevantes, por ejemplo- y también hemos discrepado. La pasión que, en su hora, se pudo sentir en lo interno, sin embargo, se ha transformado ahora en la pasión común por salvar al partido de los republicanos, por provocar el cambio político y por evitar el despeñadero al país. Prioridades impostergables.
Nosotros tal vez siempre hemos tenido una idea del Partido Colorado y de sus propuestas algo más utópica, con lo bueno y con lo malo que ello implica. Seguiremos en esa línea haciendo nuestro aporte, puesto que, además, no sabemos trabajar en otra línea y porque siempre nos ha parecido fecundo meter lo que se pueda de utopía en la realidad.
LAS POLÍTICAS SOCIALES REQUERIDAS Y LA MODERNIDAD NECESARIA DE UNA ECONOMÍA PRODUCTIVISTA.
Así, por ejemplo, hemos de insistir en un par de temas que hemos incorporado al Programa del Partido Colorado ya en 2014, después de proponerlas públicamente.
SUPERAR REALMENTE LA GRIETA SOCIAL.
Concibiendo la integración social como un rasgo de identidad básico del Batllismo propusimos –y así lo recoge el programa vigente del Partido Colorado Batllismo, 2014- que se continuara en la línea de los CAIF y de las Escuela de Tiempo Completo que los gobiernos del Dr. Sanguinetti incorporaron a la realidad uruguaya.
Que se continuara esa línea, dice la propuesta incorporada al programa, mediante unos 100 liceos de tiempo completo en zonas de contexto crítico, que incluyen, además de la formación liceal, alimentación, formación tecnológica y ayuda en los estudios, en las 10 horas diarias de concurrencia liceal (página 23 del Programa del Partido Colorado vigente desde 2014). Con posterioridad el Dr. Talvi ha puesto justo énfasis en nuestra propuesta incorporada hace cinco años al Programa del Partido.
Advertíamos que el país se quedaba sin futuro a raíz de la crisis de su educación. Dos de cada tres jóvenes no termina liceo y, de los que terminan, más de la mitad no aprueban estándares mínimos de conocimientos, medidos por diferentes entidades internacionales con pruebas en diferentes momentos del trayecto educativo. Es lo que señalan todos los estudios y estadísticas. El sistema solo educa, pues, a uno de cada seis jóvenes. A los otros cinco o los expulsa del sistema o los condena a vegetar en sus confines sin chance alguna. Puesto que o no terminaron liceo o lo terminaron sin los conocimientos mínimos.
En los sectores vulnerables de la sociedad -en el 10% de ciudadanos con menos ingresos, por ejemplo- el sistema educa mucho menos, obviamente, pues allí menos de uno de cada diez jóvenes termina liceo y menos de uno de cada veinte jóvenes egresa con estándares mínimos de conocimientos. Hoy el sistema educativo es pues, para la mayoría de los jóvenes, una gran fábrica de frustración. Un país rajado socialmente y sin futuro: el anti Uruguay que crece.
La educación actual es, pues, el mayor sistema de regresión y reproducción de injusticia social en el Uruguay de hoy. Durante 130 años una clave del país, por el contrario, fue que el Partido Colorado le dio buenos modelos educativos a la nación desde Varela en más. Tenemos esa función y a ella debemos ser leales.
La segunda propuesta que incorporamos al Programa del Batllismo en 2014, en el sentido de darle cohesión social al país e igualdad de oportunidades a nuestra sociedad, es esencial a nuestro juicio. Es la construcción en zonas sociales de contexto crítico de plazas de integración social (PLAIS, en el Programa del Partido) en que los ciudadanos tuvieran liceos y escuelas de tiempo completo, aulas de UTU, comisarías, juzgados, policlínicas, centros de desintoxicación de adicciones, plazas de deportes, espacios de formación cultural, musical y artística, etc. (página 62 del Programa del Partido Colorado 2014). Generar 50 de esas plazas dice el Programa del Partido.
Lo que Sanguinetti ha llamado estos días “shock de presencia del Estado” en las zonas vulnerables de la sociedad uruguaya. Propio del cariz socialdemócrata que el Batllismo no debe perder sino fortalecer, adecuado, claro, a la modernidad económica.
LA MODERNIDAD ECONÓMICA PARA EL DESARROLLO.
Naturalmente debe reconocerse, pues, la revisión del concepto del Estado que arroja la modernidad. No entenderlo termina postrando al país y perjudicando también a los ciudadanos más vulnerables.
Hay cosas que ya no se discuten entre la gente medianamente informada. No se puede ver la economía como hace 50 años y caer en ideologismos que terminen perjudicando, por ejemplo, a los pobres y al sector productivo.
Se ha visto en múltiples experiencias y países que un Estado grande y gordo termina siendo un impuesto a los ciudadanos más pobres. Se ha visto que la ineficiencia de ese Estado se trasunta en un peso fiscal insoportable que ahoga al país productivo y condena así a los ciudadanos más vulnerables.
No se pueden ignorar estas lecciones de la realidad. Se ha visto que un Estado desmesurado y consecuentemente caro asfixia las inversiones posibles, al punto que las inversiones solo vienen hoy al Uruguay si se les exonera de impuestos.
Ese Estado sofoca la creación de empleos y, desde luego, la proliferación de empleos públicos evita que se creen empleos privados, puesto que el peso excesivo del Estado en una economía inhibe las inversiones y la creación de puestos de trabajo, los que sí se crearían si el peso de los impuestos fuera menor.
Se ha visto, también, que sólo las economías abiertas a través de convenios de libre comercio internacionales traen prosperidad a las naciones. Chile con más de cincuenta acuerdos de libre comercio (Estados Unidos, Comunidad Europea, China, etc.) lo demuestra cabalmente. No verlo condena al desempleo a mucha gente. En el mundo de hoy los países compiten en una licitación de inversiones y Uruguay está perdiendo crecientemente esa batalla por ideologismos absurdos y arcaicos.
Se ha visto, por otra parte, que el Estado tiene más poder de generar prosperidad pública en una norma de las entidades reguladoras que en la propiedad monopólica de toda una actividad. Es decir, el poder principal del Estado no radica en que abarque la propiedad monopolista de diversas áreas de la economía sino en que implante las reglas de juego que verdaderamente defiendan el acceso de los ciudadanos consumidores a bienes y servicios.
Entidades reguladoras básicas en las economías desarrolladas pero irrelevantes en la economía uruguaya. Tanto ellas como su función de cuidar los costos y las calidades en los servicios públicos (estatales o privados), y de generar los estímulos necesarios en áreas estratégicas, sea a la hora de los servicios de energía, de comunicaciones, de la actividad portuaria o de construir una carretera, etc. No se puede comprender el desarrollo capitalista del primer mundo –en Estados Unidos para empezar desde hace más de 150 años- si no es por la historia de estas entidades reguladoras.
Nadie puede negar ya, asimismo, la importancia del mercado en las economías modernas. La desaparición del modelo soviético en vastos territorios de Asia y Europa, la asunción del capitalismo en China son testimonios del triunfo del mercado. El capitalismo no es un sistema político, es obvio, sino un sistema productivo que requiere para empezar que la competencia sea regulada para no ser desnaturalizada y aprovechada por los jugadores más poderosos en detrimento de los ciudadanos.
La actual fórmula de la política económica vigente, dicho sea de paso, de aumentar los empleos públicos como jamás antes y financiarlos con impuestos altos que estrangulan, con tarifas públicas monopólicas que ahorcan, con atraso cambiario en contra de la producción nacional, con deuda externa creciente año a año para pagar el gasto corriente -no inversiones- terminarán inevitablemente por chocar la economía del país. Y de perjudicar así a los ciudadanos más débiles y más vulnerables y también a los sectores más productivos. Se llama suicidio.
SUPERAR REALMENTE LA GRIETA SOCIAL.
Concibiendo la integración social como un rasgo de identidad básico del Batllismo propusimos –y así lo recoge el programa vigente del Partido Colorado Batllismo, 2014- que se continuara en la línea de los CAIF y de las Escuela de Tiempo Completo que los gobiernos del Dr. Sanguinetti incorporaron a la realidad uruguaya.
Que se continuara esa línea, dice la propuesta incorporada al programa, mediante unos 100 liceos de tiempo completo en zonas de contexto crítico, que incluyen, además de la formación liceal, alimentación, formación tecnológica y ayuda en los estudios, en las 10 horas diarias de concurrencia liceal (página 23 del Programa del Partido Colorado vigente desde 2014). Con posterioridad el Dr. Talvi ha puesto justo énfasis en nuestra propuesta incorporada hace cinco años al Programa del Partido.
Advertíamos que el país se quedaba sin futuro a raíz de la crisis de su educación. Dos de cada tres jóvenes no termina liceo y, de los que terminan, más de la mitad no aprueban estándares mínimos de conocimientos, medidos por diferentes entidades internacionales con pruebas en diferentes momentos del trayecto educativo. Es lo que señalan todos los estudios y estadísticas. El sistema solo educa, pues, a uno de cada seis jóvenes. A los otros cinco o los expulsa del sistema o los condena a vegetar en sus confines sin chance alguna. Puesto que o no terminaron liceo o lo terminaron sin los conocimientos mínimos.
En los sectores vulnerables de la sociedad -en el 10% de ciudadanos con menos ingresos, por ejemplo- el sistema educa mucho menos, obviamente, pues allí menos de uno de cada diez jóvenes termina liceo y menos de uno de cada veinte jóvenes egresa con estándares mínimos de conocimientos. Hoy el sistema educativo es pues, para la mayoría de los jóvenes, una gran fábrica de frustración. Un país rajado socialmente y sin futuro: el anti Uruguay que crece.
La educación actual es, pues, el mayor sistema de regresión y reproducción de injusticia social en el Uruguay de hoy. Durante 130 años una clave del país, por el contrario, fue que el Partido Colorado le dio buenos modelos educativos a la nación desde Varela en más. Tenemos esa función y a ella debemos ser leales.
La segunda propuesta que incorporamos al Programa del Batllismo en 2014, en el sentido de darle cohesión social al país e igualdad de oportunidades a nuestra sociedad, es esencial a nuestro juicio. Es la construcción en zonas sociales de contexto crítico de plazas de integración social (PLAIS, en el Programa del Partido) en que los ciudadanos tuvieran liceos y escuelas de tiempo completo, aulas de UTU, comisarías, juzgados, policlínicas, centros de desintoxicación de adicciones, plazas de deportes, espacios de formación cultural, musical y artística, etc. (página 62 del Programa del Partido Colorado 2014). Generar 50 de esas plazas dice el Programa del Partido.
Lo que Sanguinetti ha llamado estos días “shock de presencia del Estado” en las zonas vulnerables de la sociedad uruguaya. Propio del cariz socialdemócrata que el Batllismo no debe perder sino fortalecer, adecuado, claro, a la modernidad económica.
LA MODERNIDAD ECONÓMICA PARA EL DESARROLLO.
Naturalmente debe reconocerse, pues, la revisión del concepto del Estado que arroja la modernidad. No entenderlo termina postrando al país y perjudicando también a los ciudadanos más vulnerables.
Hay cosas que ya no se discuten entre la gente medianamente informada. No se puede ver la economía como hace 50 años y caer en ideologismos que terminen perjudicando, por ejemplo, a los pobres y al sector productivo.
Se ha visto en múltiples experiencias y países que un Estado grande y gordo termina siendo un impuesto a los ciudadanos más pobres. Se ha visto que la ineficiencia de ese Estado se trasunta en un peso fiscal insoportable que ahoga al país productivo y condena así a los ciudadanos más vulnerables.
No se pueden ignorar estas lecciones de la realidad. Se ha visto que un Estado desmesurado y consecuentemente caro asfixia las inversiones posibles, al punto que las inversiones solo vienen hoy al Uruguay si se les exonera de impuestos.
Ese Estado sofoca la creación de empleos y, desde luego, la proliferación de empleos públicos evita que se creen empleos privados, puesto que el peso excesivo del Estado en una economía inhibe las inversiones y la creación de puestos de trabajo, los que sí se crearían si el peso de los impuestos fuera menor.
Se ha visto, también, que sólo las economías abiertas a través de convenios de libre comercio internacionales traen prosperidad a las naciones. Chile con más de cincuenta acuerdos de libre comercio (Estados Unidos, Comunidad Europea, China, etc.) lo demuestra cabalmente. No verlo condena al desempleo a mucha gente. En el mundo de hoy los países compiten en una licitación de inversiones y Uruguay está perdiendo crecientemente esa batalla por ideologismos absurdos y arcaicos.
Se ha visto, por otra parte, que el Estado tiene más poder de generar prosperidad pública en una norma de las entidades reguladoras que en la propiedad monopólica de toda una actividad. Es decir, el poder principal del Estado no radica en que abarque la propiedad monopolista de diversas áreas de la economía sino en que implante las reglas de juego que verdaderamente defiendan el acceso de los ciudadanos consumidores a bienes y servicios.
Entidades reguladoras básicas en las economías desarrolladas pero irrelevantes en la economía uruguaya. Tanto ellas como su función de cuidar los costos y las calidades en los servicios públicos (estatales o privados), y de generar los estímulos necesarios en áreas estratégicas, sea a la hora de los servicios de energía, de comunicaciones, de la actividad portuaria o de construir una carretera, etc. No se puede comprender el desarrollo capitalista del primer mundo –en Estados Unidos para empezar desde hace más de 150 años- si no es por la historia de estas entidades reguladoras.
Nadie puede negar ya, asimismo, la importancia del mercado en las economías modernas. La desaparición del modelo soviético en vastos territorios de Asia y Europa, la asunción del capitalismo en China son testimonios del triunfo del mercado. El capitalismo no es un sistema político, es obvio, sino un sistema productivo que requiere para empezar que la competencia sea regulada para no ser desnaturalizada y aprovechada por los jugadores más poderosos en detrimento de los ciudadanos.
La actual fórmula de la política económica vigente, dicho sea de paso, de aumentar los empleos públicos como jamás antes y financiarlos con impuestos altos que estrangulan, con tarifas públicas monopólicas que ahorcan, con atraso cambiario en contra de la producción nacional, con deuda externa creciente año a año para pagar el gasto corriente -no inversiones- terminarán inevitablemente por chocar la economía del país. Y de perjudicar así a los ciudadanos más débiles y más vulnerables y también a los sectores más productivos. Se llama suicidio.
MODIFICAR EL MODELO DE PARTIDO
LA UNIDAD DEL PARTIDO COLORADO.
Los años nos han enseñado, asimismo, la importancia de trabajar siempre por la unidad del Partido Colorado de modo de convertirlo en un instrumento más eficaz al servicio del país. Eso es un deber.
Es claro, a nuestro juicio, que más allá de la competencia en las elecciones internas, los diferentes corrientes deben terminar unidas, particularmente las que encabezan los Dres. Sanguinetti y Talvi, entre las que ha habido algún cortocircuito. No. Unidad y unidad para el resurgimiento republicano. Lo partidario por encima de lo sectorial, sin espacio para desavenencias importantes, dado que lo que el país necesita imprescindiblemente es la acumulación política del vigor republicano. Por ello hemos bregado con amigos de ambos sectores.
EL MODELO DE PARTIDO REPUBLICANO PARA EL SIGLO XXI
El modelo de partido republicano para el siglo XXI. Asimismo, en la revisión histórica que se debe a sí mismo el Partido Colorado, para entender y superar su crisis, es imprescindible que se empiece a pensar en la construcción de un nuevo modelo de partido. Los tiempos han cambiado.
En nuestra sucesión histórica -y dada la realidad social de cada época- se conoció primero el partido de “caudillos”, en sus primeras décadas. Luego vino el partido “de notables”, hasta fin del siglo XIX. Le sucedió el partido de “masas” con Batlle y Ordóñez. Sobrevino después el partido “catch all” (“agarra todo”) agregando todo tipo de sensibilidad e interés aunque fueren contradictorios, priorizando lo electoral. Luego surgió lo que la politología moderna denomina como partido “cartel” en que el gobierno se come a un partido débil y sin musculatura en la sociedad, convertido el partido en una mera corporación productora de cuadros de gobierno.
Ahora que la evolución social ha caducado los modelos anteriores, es necesario instaurar un nuevo modelo de partido adecuado a la realidad actual. Digo, para que el partido de los republicanos juegue en primera para bien del país en los tiempos que corren.
Se precisa un partido republicano comunicándose de ida y vuelta con la sociedad, productor de ciudadanía, partido abierto a la sociedad y no cerrado, que recoja los énfasis republicanos de transparencia, de rendición de cuentas, de deliberación cívica formativa de ciudadanía.
Un partido capaz de proponer, además de política económicas modernas y políticas sociales que acerquen la igual oportunidad- una ingeniería de instituciones modernas –que todas sus instituciones uruguayas precisan reformas- para que se cumpla más cabalmente entre la gente el desarrollo real de las ciudadanías políticas, sociales y cívicas. El Partido haciendo así carne su vocación reformista. Reformismo político, económico y social.
Es preciso un Partido que arme -a través de un mejor equilibrio de los poderes y con mayor eficacia de sus instituciones- una más genuina y verdadera dimensión de la libertad y otorgue más garantías reales sobre los derechos de los ciudadanos. Todo envuelto en la filosofía de la excelencia que un día hizo grande al país, claro.
Los partidos en una democracia ordenan las distintas corrientes de opinión y pensamiento, sean socialistas, nacionalistas, republicanas, etc., y además producen propuestas consistentes con lo anterior. De lo que se trata, pues, para que ordenen mejor y propongan mejor es que no sean partidos de arriba hacia abajo, tampoco de abajo hacia arriba, -ambos finalmente débiles- sino de interactuación más horizontal, lo que le dará más musculatura social a sus propuestas. Partidos que obtengan fuerza desde la transversalidad y tengan interactuación regular de ideas entre los miembros del partido y de éste con la sociedad.
Para reconciliar a través de mejores reglas republicanas, en suma, al ciudadano con los actores de poder que resolverán sobre su futuro en su nombre: reconciliar al representado con el representante, al elector con el elegido. Hoy el ciudadano común siente muy lejos a los partidos, lo que debilita claramente al sistema todo, desde luego.
La solución a la crisis de la política y a la crisis de la representación política –tan graves para el sistema- pasa por partidos receptivos, que trabajen tanto con la sociedad como con sus propias bases, que mejoren su capacidad de propuesta pero que mejoren asimismo su capacidad de agregar propuestas válidas de los ciudadanos: recargar así la noción de representación. Es claro que la política no puede resolver afirmativamente las aspiraciones de todos pero puede hacer sí participar a todos de la solución que se tome.
EL DR SANGUINETTI.
Atentos a la salvaguarda del Partido Colorado Batllismo y al crecimiento de su función histórica, entonces, con el aliento republicano, reformista y socialdemócrata del Batllismo de siempre y con mirada moderna de la economía, pues, damos el paso hoy de apoyar la candidatura presidencial del Dr. Sanguinetti. El mejor antídoto, por otra parte, de los reflejos anti republicanos crecientes en nuestra política y en nuestra sociedad. Con la idea, como siempre, de hacer el aporte y el énfasis en el sentido de las ideas que hemos esbozado.
Los años nos han enseñado, asimismo, la importancia de trabajar siempre por la unidad del Partido Colorado de modo de convertirlo en un instrumento más eficaz al servicio del país. Eso es un deber.
Es claro, a nuestro juicio, que más allá de la competencia en las elecciones internas, los diferentes corrientes deben terminar unidas, particularmente las que encabezan los Dres. Sanguinetti y Talvi, entre las que ha habido algún cortocircuito. No. Unidad y unidad para el resurgimiento republicano. Lo partidario por encima de lo sectorial, sin espacio para desavenencias importantes, dado que lo que el país necesita imprescindiblemente es la acumulación política del vigor republicano. Por ello hemos bregado con amigos de ambos sectores.
EL MODELO DE PARTIDO REPUBLICANO PARA EL SIGLO XXI
El modelo de partido republicano para el siglo XXI. Asimismo, en la revisión histórica que se debe a sí mismo el Partido Colorado, para entender y superar su crisis, es imprescindible que se empiece a pensar en la construcción de un nuevo modelo de partido. Los tiempos han cambiado.
En nuestra sucesión histórica -y dada la realidad social de cada época- se conoció primero el partido de “caudillos”, en sus primeras décadas. Luego vino el partido “de notables”, hasta fin del siglo XIX. Le sucedió el partido de “masas” con Batlle y Ordóñez. Sobrevino después el partido “catch all” (“agarra todo”) agregando todo tipo de sensibilidad e interés aunque fueren contradictorios, priorizando lo electoral. Luego surgió lo que la politología moderna denomina como partido “cartel” en que el gobierno se come a un partido débil y sin musculatura en la sociedad, convertido el partido en una mera corporación productora de cuadros de gobierno.
Ahora que la evolución social ha caducado los modelos anteriores, es necesario instaurar un nuevo modelo de partido adecuado a la realidad actual. Digo, para que el partido de los republicanos juegue en primera para bien del país en los tiempos que corren.
Se precisa un partido republicano comunicándose de ida y vuelta con la sociedad, productor de ciudadanía, partido abierto a la sociedad y no cerrado, que recoja los énfasis republicanos de transparencia, de rendición de cuentas, de deliberación cívica formativa de ciudadanía.
Un partido capaz de proponer, además de política económicas modernas y políticas sociales que acerquen la igual oportunidad- una ingeniería de instituciones modernas –que todas sus instituciones uruguayas precisan reformas- para que se cumpla más cabalmente entre la gente el desarrollo real de las ciudadanías políticas, sociales y cívicas. El Partido haciendo así carne su vocación reformista. Reformismo político, económico y social.
Es preciso un Partido que arme -a través de un mejor equilibrio de los poderes y con mayor eficacia de sus instituciones- una más genuina y verdadera dimensión de la libertad y otorgue más garantías reales sobre los derechos de los ciudadanos. Todo envuelto en la filosofía de la excelencia que un día hizo grande al país, claro.
Los partidos en una democracia ordenan las distintas corrientes de opinión y pensamiento, sean socialistas, nacionalistas, republicanas, etc., y además producen propuestas consistentes con lo anterior. De lo que se trata, pues, para que ordenen mejor y propongan mejor es que no sean partidos de arriba hacia abajo, tampoco de abajo hacia arriba, -ambos finalmente débiles- sino de interactuación más horizontal, lo que le dará más musculatura social a sus propuestas. Partidos que obtengan fuerza desde la transversalidad y tengan interactuación regular de ideas entre los miembros del partido y de éste con la sociedad.
Para reconciliar a través de mejores reglas republicanas, en suma, al ciudadano con los actores de poder que resolverán sobre su futuro en su nombre: reconciliar al representado con el representante, al elector con el elegido. Hoy el ciudadano común siente muy lejos a los partidos, lo que debilita claramente al sistema todo, desde luego.
La solución a la crisis de la política y a la crisis de la representación política –tan graves para el sistema- pasa por partidos receptivos, que trabajen tanto con la sociedad como con sus propias bases, que mejoren su capacidad de propuesta pero que mejoren asimismo su capacidad de agregar propuestas válidas de los ciudadanos: recargar así la noción de representación. Es claro que la política no puede resolver afirmativamente las aspiraciones de todos pero puede hacer sí participar a todos de la solución que se tome.
EL DR SANGUINETTI.
Atentos a la salvaguarda del Partido Colorado Batllismo y al crecimiento de su función histórica, entonces, con el aliento republicano, reformista y socialdemócrata del Batllismo de siempre y con mirada moderna de la economía, pues, damos el paso hoy de apoyar la candidatura presidencial del Dr. Sanguinetti. El mejor antídoto, por otra parte, de los reflejos anti republicanos crecientes en nuestra política y en nuestra sociedad. Con la idea, como siempre, de hacer el aporte y el énfasis en el sentido de las ideas que hemos esbozado.
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