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Tuesday, November 17, 2020

πƒπž π₯𝐚 π›π«πžπ―πžππšπ 𝐝𝐞 π₯𝐚 𝐜𝐫𝐒𝐭𝐒𝐜𝐚 𝐨 π¬π¨π›π«πž π‡πžπ’ππžπ π πžπ« 𝐲 π’πšπ«π­π«πž

 

Breve crΓ­tica a Heidegger y a Sartre. Espero les sea de provecho.
πƒπž π₯𝐚 π›π«πžπ―πžππšπ 𝐝𝐞 π₯𝐚 𝐜𝐫𝐒𝐭𝐒𝐜𝐚 𝐨 π¬π¨π›π«πž π‡πžπ’ππžπ π πžπ« 𝐲 π’πšπ«π­π«πž
De Heidegger, un filΓ³sofo que no apruebo, solo rescatatarΓ­a su rescate (v.red) o vuelta a las preguntas por el ser que se plantearon los pre-socrΓ‘ticos en la antigua Grecia. Parte de su ontologΓ­a del ser (al menos cuando no es ininteligible), y su defensa a los valores clΓ‘sicos. Γ‰l, como Hegel, parecen ver algo en lo abstracto, una metafΓ­sica dotada por la excelencia que los demΓ‘s desestiman y eso es realmente interesante. Volver a poner la pregunta de las preguntas («¿Por quΓ© existe algo y no mas bien nada?») en el centro, es de una novedad notable en el siglo XX cuando menos. Su «ser para la muerte», estΓ©ticamente elevado. TambiΓ©n valoro una que otra pincelada de La existencia autΓ©ntica y la Existencia inautΓ©ntica, entramados que parece haber trabajado desde esa lΓ³gica donde desembocarΓ­a cualquier autor del siglo XIX (Feurbach [alienaciΓ³n], Kierkegaard [angustia], Marx [phatos de la indignaciΓ³n ≠ conciencia], Nietzsche [vitalidad]) para hablar del nivel de conciencia («lo despierto») en el sujeto corriente. De resto, me parece un pensador nefasto. Considero que sentir aversiΓ³n por todo mΓ­stico es siempre un prejuicio en el que no hay que caer. Pero en Heidegger, especialmente, todos sus aparentes aportes –embalsamados como pΓ³cimas de un orΓ‘culo con clientela auto-sutentable– desde la hermenΓ©utica, hasta el giro en el lenguaje, como tambiΓ©n su lexicografΓ­a obscura, inerte, y prΓ‘cticamente todas sus tesis (cuando se le puede detectar alguna; tarea complicada) todo parece constituir el ejemplo mΓ‘s grande del vicio filosΓ³fico siempre proporcional entre obscuridad y vacuidad. En Heidegger como en la mayor parte de su discipulaje, parece cumplirse aquella famosa vituperaciΓ³n y sentencia de: "entre mas obscuro mΓ‘s vacΓ­o" (...), "La nada nadea". No obstante, la crΓ­tica que le hace el maestro Mario Bunge me parece vulgar. Heidegger curiosamente, tiene crΓ­ticos ciegos, malos crΓ­ticos. Pero solo en Heidegger se cumple esa extraΓ±eza donde aΓΊn en los mas radicales y aciagos hay forma y precisiΓ³n. Por ejemplo, Carnap, positivista lΓ³gico a veces cuadriculado, no pudo tener mayor razΓ³n cuando intentΓ³ hallar atisbo lΓ³gico a las lΓ­neas de Ser y Tiempo. Una masacre particular.
De Sartre el filΓ³sofo, mi crΓ­tica justo en la misma lΓ­nea. La diferencia en Γ©l, solo serΓ­a de propuesta y enfoque. Con la variaciΓ³n de que este es incapaz de reconocer en el helenismo, la lid. Peor aΓΊn, califica toda filosofΓ­a trascendentalista de digestiva y a Kant de fraude. No demarca, desconoce el fin prΓ‘ctico del quehacer cientΓ­fico. A pesar de dejarse llamar marxista, llama a Marx y a Engels, cosificadores de la dialΓ©ctica (CrΓ­tica de la razΓ³n dialΓ©ctica - Del juramento, p.318). Escupe en cada cosa y cada cierto tiempo. Su manifiesto hecho panfleto (El existencialismo es un humanismo), carece de rigor para hacer el activismo que Γ©l pretendiΓ³. Lo interesante en Γ©l, serΓ­a cΓ³mo abordΓ³ la tesis de La libertad. Como concepto ontolΓ³gico casi fisiolΓ³gico («El existencialismo ateo que yo represento es mΓ‘s coherente. Declara que si
Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningΓΊn concepto,
y que este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿QuΓ© significa aquΓ­ que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que despuΓ©s se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. SΓ³lo serΓ‘ despuΓ©s, y serΓ‘ tal como se haya hecho. AsΓ­, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla.» J. P. Sartre, El existencialismo es un humanismo, p.5, Ediciones del 80, Barcelona), volcado al fenΓ³meno y al sujeto que le ambiciona. Su materialidad («una pura eyecciΓ³n») repetitiva a lo largo de toda su obra, parece solo pretender eso, originalidad. Como literato Sartre es bueno. Escribe bien. Una prosa poderosa como la de su tradiciΓ³n. Como filΓ³sofo, un humanista confundido.
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