Alvaro Lamas García
encias".
¡Qué genio!
¿Cómo lo advirtió?
Seguro son horas de estudio de la colección de los boletines de los escasos comités de base que quedan vivos, así como de la apreciación de videos de las plurales margas montevideanas.
Solo así se llega a esta conclusión.
Sin embargo el Canciller debería entender que todos nuestros actos, todos ellos, producen consecuencias. Nuestro presente es el antecedente del futuro.
De lo malo y de lo bueno también.
Así que estoy de acuerdo con él de que ésta decisión tendrá consecuencias. Cómo todo.
Solo que estas consecuencias no serán las que Nin más que anticipar ambiciona.
Las mismas serán que nuestro país por fín asumirá una posición solidaria con los pueblos cubano, nicaragüense y venezolano, no con sus gobiernos.
Que Uruguay dejará de ser cómplice del atropello de esos regímenes que bailan sobre él hambre de su gente. Y que nuestro País recobrará el honor que siempre tuvo, de ser realmente independiente y vigilante de los accionares a nivel internacional, ostentando siempre su alta y respetada importancia diplomática.
¡Vaya entonces Nin, si habrá consecuencias!
¡Qué genio!
¿Cómo lo advirtió?
Seguro son horas de estudio de la colección de los boletines de los escasos comités de base que quedan vivos, así como de la apreciación de videos de las plurales margas montevideanas.
Solo así se llega a esta conclusión.
Sin embargo el Canciller debería entender que todos nuestros actos, todos ellos, producen consecuencias. Nuestro presente es el antecedente del futuro.
De lo malo y de lo bueno también.
Así que estoy de acuerdo con él de que ésta decisión tendrá consecuencias. Cómo todo.
Solo que estas consecuencias no serán las que Nin más que anticipar ambiciona.
Las mismas serán que nuestro país por fín asumirá una posición solidaria con los pueblos cubano, nicaragüense y venezolano, no con sus gobiernos.
Que Uruguay dejará de ser cómplice del atropello de esos regímenes que bailan sobre él hambre de su gente. Y que nuestro País recobrará el honor que siempre tuvo, de ser realmente independiente y vigilante de los accionares a nivel internacional, ostentando siempre su alta y respetada importancia diplomática.
¡Vaya entonces Nin, si habrá consecuencias!
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