enos aún por su música (Dios me libre!!), pero es increíble que una persona pueda llegar a ser escrachada impunemente de esa manera. El Gucci no tiene antecedentes, la única vez que se lanzaron rumores difamantes acerca de un presunto abuso, la persona responsable de los dichos terminó pidiendo disculpas públicamente y admitiendo que era mentira. Sin embargo, para el nuevo credo feminista toda acusación es verdadera, sin importar siquiera el pronunciamiento de la justicia y sin considerar jamás el principio de presunción de inocencia. Así actúan en todas partes. Lo vimos tiempo atrás con las estrellas de la movida “Me too” de Hollywood, celebridades que de un día para otro salieron a enchastrar gente y denunciar abusos). Lo mismo hicieron las súbitamente politizadas actrices argentinas que crucificaron a Juan Darthés antes de esperar cualquier pronunciamiento de la justicia. Al igual que la “patota homo-lesbo-comunista” encabezadas por Fabiana Goyeneche y su legión de femi-bolches, todas están cortadas por la misma tijera. Y obviamente, bancada por los mismos grupos económicos.
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