HUMOR Cuando me muera les diré en mi testamento que me lancen a la Playa Mansa de Punta Del Este

  el riñón. O dejar las cosas así mientras no hubiera Hematuria ni dolor.

  Yo opté por esta última conducta. Ya le había cogido cariño al cálculo y lo amaba.

  Esto es porqué en Cuba, mientras andaba en mi auto por las afueras de Guantánamo, veía en un potrero muchas vacas y caballos pastar y al  acercarme veía que eran personas comiendo pasto, del  hambre  que tenían. Yo también me dediqué a comer el pasto y con ello las múltiples piedrecitas que después llevaba a casa para que mi  esposa las hirviera con tomate. Eran duras pero a falta de carne mitigaban el hambre.

  A varios chicos los mataron por entrar a granjas estatales y robar guayabas, bananas y otras frutas que pertenecían al PCC o eran para  exportar.

   Cuando me muera les diré en mi testamento que me lancen a la Playa Mansa de Punta Del Este. Así  el cálculo coraliforme sale de mi cuerpo y se convierte en uno asesino y monstruoso que devora a los bañistas – que sean argentinos por favor- sin dejar huellas. Atención a los libretistas de series y películas, ahí les va un buen  argumento.

   Mientras tanto yo sigo con mi calculito a cuestas inclinándome como un anciano para ver cómo sale la orina.   

DR ORLANDO VICENTE ALVAREZ
CUBANO URUGUAYO,GENIO -----------------------------------
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