94. Sobre ciencia y filosofía. En la Edad Media se concebía a la filosofía como la cierva de la teología. Hoy, se quiere ver a la filosofía como la cierva de la ciencia; es decir, como una especialidad. El cómo es posible hablar de una filosofía es algo que atañe a sí misma. El que la filosofía no sea una ciencia no significa que no sea rigurosa, y hasta disciplinada (véase la CRP de Kant). Pero sin duda, hay temas que difícilmente se pueden explicar en términos de un modelo matemático. Digamos que la filosofía es más original que cualquier ciencia, pues, toda ciencia tiene su raíz en la filosofía. De esta manera, la filosofía no puede encajonarse en una ciencia, o convertirse en una especialidad más del conocimiento científico, y no es por la incapacidad, sino por la sobre-capacidad históricamente. Pues bien, retomando la metáfora del bosque, la filosofía no puede reducirse a un bello jardín. El origen de la ciencia está en la filosofía, en medio del extenso bosque que representan las ideas. En la antigüedad, la filosofía no estaba subordinada a la ciencia, sino que las ciencias estaban sujetas al manto encantado de la filosofía, y clasificaba sus dominios en filosofía de la naturaleza, filosofía del arte, etc. La “episteme” tenía el objetivo de circunscribir el conocimiento entre ciertos límites, un sectorizar la naturaleza, pues, se trataba de una parte de un todo…
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