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Monday, November 12, 2018

EL CONSUMISMO

................................................................... ‎Carlos Rocha‎ en NUESTRO URUGUAY POR DENTRO Ayer a las 09:56 En mi viejo Barrio de La Cabaña, había una Capilla, un centro comercial (el boliche de Ganaderos y Versalles) y muchos boliches más de especialidades por definir, pasaba un autobús con horario siempre con misterio, eo 147, un 210 y un 195, había un expendio de leche, una feria vecinal, con un toldo de Subsistencias y la inevitable cola. Tenia tambien una carniceria de madera, un carnicero no muy amable con un gran serrucho de arco, la limpieza siempre dependía de la buena voluntad de brindar agua, en este caso la Familia Yurramendi. Desde luego que mi Viejo Barrio de la Cabaña no estaba escaso de nada, salvo del vil dinero. Al viajar por el Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China. Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán. El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de SanPablo,Sevilla, la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían. Seguramente, ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente. Aquello me hizo relexionar: "¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?" Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: "¿No fuiste a la escuela?" Ella respondió: "No, voy por la tarde." Comenté: "Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde." "No", respondió ella, "tengo tantas cosas por la mañana..." "¿Qué cosas?", le pregunté. "Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación", y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada. Me quedé pensando: "Qué pena, que Daniela no dijo: "¡Tengo clases de meditación!" Estamos formando super-hombres y super-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles. Una ciudad progresista del interior de Huelva, tenía, en 1960, seis librerías y un gimansio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías! No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación al mejoramiento del espíritu. Pienso que moriremos esbeltos: "¿Cómo estaba el difunto?". "Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!" Pero cómo queda la cuestión de lo subjetivo? De lo espiritual? Del amor? Hoy, la palabra es "virtualidad". Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Montevideo, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado! Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales... La palabra hoy es "entretenimiento"; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva. Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla. Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres: "Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, usted será feliz!" El problema es que, en general, no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. O de medicamentos. Quienes resisten, aumentan su neurosis. El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así, se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima y ausencia de estrés. Hay una lógica religiosa en el consumismo post-moderno. En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Paysandú, se construye un shopping-center. Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, ni chicos de la calle, ni suciedad... Se entra en esos claustros al son gregoriano post-moderno, aquela musiquinha de esperar dentista. Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas. Quienes pueden comprar al contado, se sienten en el reino de los cielos. Si debe pagar con cheque post-datado, o a crédito se siente en el purgatorio. Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno... Felizmente, terminan todos en una eucaristía post-moderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donald Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: "Sólo estoy haciendo un paseo socrático". Delante de sus miradas espantadas, explico: "Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ... "Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no preciso para ser Feliz"! (lo que indica que este asunto viene de hace tiempo no?) -----------------‎Carlos Rocha‎ en NUESTRO URUGUAY POR DENTRO Ayer a las 08:28 Querid@ amig@ que estás al otro lado de mi pantalla, vayan a saber con cuantos kilómetros por medio. A Ti que en ocasiones no me entiendes, o a Ti que entendiéndome no me lo crees del todo, cuando digo que día a día toco la felicidad con la punta de los dedos. Para Ti van estas letras de opinión y/o reafirmación,. desde ya gracias por si llegas al final de la nota. Y si no llegas también. Les voy a dar mi humilde opinión sobre, primero lo que entiendo por felicidad y segundo lo que es para mi EL CARIÑO, obviamente ambos separados de aquí a Manila, pero siempre unidos un un cable subterráneo, que no se ve, pero existe. Para empezar por algo, LA FELICIDAD, como concepto abstracto, etéreo, intangible, en su plenitud de algo permanente, no existe. Creo, vuelvo a repetir que hay momentos, episodios de bienestar que solemos decir que es de felicidad. No se debe confundir con la alegría, esta a distinta manera que la felicidad, nos alborota el cuerpo, la mente y el ombligo. La felicidad es más serena, más personal, más íntima. Suele venir acompañada de mariposas en el estómago, entre 10 y 15 no más de esa cantidad. Por eso amigos mios la felicidad dura tan poco, tanto como la vida de 10 o 15 mariposas en el estómago. Pero aún de durar tan poco, cuantas heridas hace cicatrizar y con que rapidez, y por sobre todo cuantos olvidos procura, cuantos velos de novia extiende para no hacer tan clara la realidad del día, y cuanto distorsiona la maldad nocturna. LA FELICIDAD, al igual que a la mujer u hombre que un@, no se compra, no se secuestra, sencillamente llega, y voy a contarles en que forma y envase la he encontrado en los últimos tiempos. Hace un año y medio, la vi envuelta en un envase de una pequeñita niña, llamada Maya y que por una casualidad vino a coincidir con mi nieta, también la he visto vestida de mano, llevando un mate, allá por Marindia, una tarde de sol y primavera de 2010, la vi transformada en onda sonora en una reunión de amigos conversando, también en Marindia. En ocasiones, afortunadamente bastantes, (aunque escasas para lo que yo quiero) la veo en casa, al llegar después de un día de lucha por el pan de cada día, vestida de manos suaves, de voz serena, de mirada tierna. También en papel y tinta, en pantalla catódica, cuando uno trata de trasmitir sus sentimientos, los escaparates interiores que cada uno tiene, porque indudablemente trasmitir a los demás trae consigo sensaciones de felicidad. Bien porque nos traiga recuerdos, bien por vivir una segunda oportunidad de trasladarnos en "asiento de primera". EL CARIÑO, Inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo. Manifestación de dicho sentimiento. Esmero y/o empeño con la cuál se hace una labor o se trata algo. (diccionario de la RAE; vigésima edición de 2001). Por lo tanto queda claro que es algo de nuestro fuero interior, que ni se compra, ni se vende, tampoco es menester exigirlo, se gana por méritos propios y no por compasión. A lo mismo que los vegetales, debe abonarse con periodicidad responsable. Al contrario que la felicidad, es algo compartido, en otras palabras no es un gesto unipersonal, carecer de el, nos obliga a reemplazarlo por medicamento. Cuando digo carecer de el, es en los dos sentidos; no tenerlo, no recibirlo, tanto en un caso como el otro debe hacernos reflexionar el porque de una situación tan extrema. Este "auto chequeo", me hace acordar al título de una película; "Que he hecho yo para merecer esto" que cambiando el orden de las palabras también se dice lo mismo "Que no he hecho yo para merecer esto". ¡¡Que bonito es sentir, dar y recibir cariño, vivir dentro del cariño¡¡ Que importante es decir que se siente el cariño, y no dejarlo a la intuición del otro o de los otros. POR TODO ESTO QUE ACABO DE ESCRIBIR, DESEO CON TODO CARIÑO QUE EN LA VIDA DE MIS AMIGOS Y LA DE LOS QUE NO LO SON TANTO, NUNCA SE DE LA SEQUÍA. QUE LA LLUVIA SIEMPRE LLEGUE EN LA MEDIDA Y TIEMPO JUSTO. Me gusta ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- Me gusta Comentar Compartir Comentarios Happy to be back!! Hugs 🤗 Ik ben blij om hier terug te zijn. Knuffels Feliz de estar de vuelta!! Abrazos 🤗 Me alegro de estar de vuelta aquí. Abrazos

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